Miraba por una ventana enchastrada la cual nunca llegaría a abrir y al frustrarse, prefirió 'restarle interés'. Divagaba sobre las formas de verle a las cosas el lado positivo, y entonces sopeso la idea de que no lo había.. pero a veces era así, era completamente normal, no había otra y simplemente sonrió. Sonrió porque aceptaba eso, aceptaba las trabas de los pestillos en las ventanas, aceptaba que las cosas fueran así a veces. Aceptaba tener que hacer toda la fuerza posible para abrirla y notar que no era la suficiente y tener que morirse de calor por un rato, hasta que alguien con más fuerza la abriera, pero entendía que debía conseguir esa fuerza, aceptando, sin más, que el que no la tuviera ahora no sería el fin del mundo.